lunes, 2 de febrero de 2009

Los corsos barriales volvieron a demostrar su popularidad: 18 mil personas concurrieron al corsódromo

QUINTA VELADA EN EL Bº INDUSTRIAL
30/01/09 Se vio una destacada participación de las comparsas, que cada vez ganan mayor reconocimiento. Camáu Espínola asistió al espectáculo y saludó al público en un recorrido por la pista.

Anoche se cumplió la quinta noche de Carnavales Barriales 2009, sobre la avenida J. R. Fernández en el barrio Industrial. La asistencia del público volvió a ser multitudinaria como en las veladas anteriores y el desempeño de las comparsas gana cada vez más reconocimiento. Funcionarios de Turismo municipal, organizadores de estos corsos, estiman que hubo alrededor de 18 mil personas sobre la avenida J. R. Fernández entre Armenia y Río Chico. Desde los micrófonos, los presentadores anunciaban la cantidad de público y a medida que pasaban los minutos la cifra crecía. “Veinte mil personas”, se animó a decir, pasada la media noche, Juan Carlos “El Flaco” Cosarinsky, tradicional animador de estos corsos. El paisaje volvió a reiterarse anoche: sillas, silletas y banquitos se convertían en cómodas butacas de una platea familiar con lugar a elección y sin costo alguno.
Los jóvenes, reunidos en grupos, compartían bebidas en termolares e improvisaban minipistas de baile en alguna esquina. Niños y niñas daban rienda suelta a sus ganas de divertirse y correteaban munidos de pomos de nieve artificial para salpicarse entre ellos y a algún desprevenido. El límite entre comparseros y público era solo el cordón de la calle, por lo que el contacto entre quienes comparten la misma pasión era muy cercano.
La posibilidad de bailar y fotografiarse con los protagonistas estaba al alcance de quien quisiera. Los más requeridos eran simpáticos comparseritos muy pequeños, o deslumbrantes comparseras, cuyo cuerpo y elegancia captaban todas las miradas, como así también los jóvenes musculosos que suscitaban la atención de señoras y señoritas. El reconocimiento a las comparsas se manifestaba en la participación del público que mostró mucho entusiasmo cantando, bailando o aplaudiendo al ritmo de la música. “Las comparsas muestran un crecimiento en calidad y cantidad”, consideró el viceintendente Agustín Payes, que no alcanzó a subirse al palco oficial, optando por ver el desfile de pie y en la orilla de la pista.
El número dos de la comuna capitalina recordó que “hace tres años había comparsas que armaban sus escuelas de samba con baldes y hoy se las ve bien equipadas, también en los trajes se pueden apreciar la calidad que alcanzaron”. Camba Cuá, del barrio homónimo, Osiris del Cichero y Bañado Norte, y de Laguna Brava las comparsas Iberá e Ipá Ñaró son las que más brillo despliegan por sus trajes y belleza de sus comparseras, aunque todas son aplaudidas con el mismo entusiasmo.
Las agrupaciones humorísticas también se ganan el acompañamiento del público, desde las más tradicionales como Los Osos y Los Dandys, hasta las de formación más jóven como Los Payasos de Pitogüé del barrio Quintana y Los Pomberitos del Pio X. Inclusive Furia Loca, que hace olvidar por momentos algunos prejuicios instalados en la sociedad, mostrando la pasión carnavalera puesta por sus integrantes travestis, con el “glamour” de quienes lo son por elección de vida y de quienes lo son apenas por unas horas para arrancar carcajadas al público.
(FUENTE: la republica)
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